Arroz e higado. Esa era mi comida de hoy. Siempre me ha gustado comer y hoy tenia especial apetito, no tomar nada a media mañana es devastador en mi. Me como el arroz. Tranquilo. No tengo prisa, veo la tele mientras. Una noticia de última hora. Aparece un mapa del País Vasco, una localidad, Azpeitia, parece bonita en la imagen, verde, con un gran parque. Tal vez debería ir a visitarla. Pero hay algo que llama mi atención, un grupo de gente rodeando algo, una sabana blanca, un cuerpo, un cadaver.
Es increible ver con que rapidez algo que estaba lleno de vida, algo que reia, soñaba, cantaba, tenia ilusiones y esperanzas, se convierte en algo rigido y carente de significado, una mera carcasa.
Miro mi segundo plato. Un higado. De repente no me apetece comermelo, tengo la sensacion de que en el mundo hay gente que cambio su corazón por ese pedazo de carne negra. Demasiada gente, demasiados higados.
Hace tres dias puse un titulo a mi blog. Jamas pense que fuese mas acertado.
8 comentarios:
A media mañana nos alimentamos de sombras.
Sombras de sangre.
Emocionante, querido Guille.
Lo de no poder comer a media mañana es cuanto menos mortal. Y más si luego no hay un alma caritativa que se haya comprado un bocadillo de tortilla y te deje tomar un buen mordisco, ¿eh?
(Sí, un gran tipo Pablo Motos, en sentido figurado, claro)
Oh, merci beaucoup.
Es lo mas bonito que me han dicho.
(Si no contamos con las hermosas cosas que me dice Moya durante las clases, claro)
Hihihi.
Aqui ando con LENGUA, MUERTE!
Una vez vi morir a una persona.
La verdad es que eso es lo que me impresionó, lo rápido que se deja de ser una persona con sentimientos, pensamientos, ideas, amigos, familia... para ser simplemente un pedazo de inerte materia orgánica.
Un saludo!
Es increíble el paso tan rápido de un estado a otro, y lo que ello conlleva en el estado anímico de otras personas. Devastador.
P.D: yo hoy tb tenía hambre, demasiadas teorías de la comunicación y poco bocadillo de tortilla
Luna ha escrito "más" sin tilde cuando se trataba de un adverbio de cantidad, y no de una conjunción adversativa. Mañana suspende.
¡No me lo puedo creer! Si hasta nuestra poetisa suspende, ¿a quien copiaremos ahora?
Mi ordenador no tiene tildes ni egene
CONIO!
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